Jorge Paz Navajas
Presidente – Fundador 
RECTOR

La Universidad Nuestra Señora de La Paz fue fundada el 24 de abril de 1992, inspirada en los propósitos de impartir educación superior y humanista, promover y realizar la investigación como base de la enseñanza e incentivar la formación integral y científica, objetivos que están orientados a contribuir a la modernización del país por la vía de la calidad educativa.

El Dr. Mario Ríos Araoz, a la sazón Secretario Ejecutivo del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB), escribía: “En nuestro país es destacable la actitud de algunas universidades privadas que comparten la preocupación que está relacionada con la calidad y pertinencia de los programas académicos y están decididas a responder en el cumplimiento de ciertos estándares mínimos de calidad, como es el caso de la Universidad Nuestra Señora de La Paz. El camino seguido por esta Institución es la forma sana de merecer la confiabilidad pública, de hacer transparentes sus condiciones de operación, la relación entre su misión y los logros y la calidad académica de sus servicios”.

Efectivamente, el empeño en responder a las grandes dimensiones de la misión pedagógica propuesta, fueron identificando cada vez más a esta Casa Superior de Estudios, con el empeño de llevar a cabo un trabajo sin término, para darle un papel preponderante al arte, al humanismo, a la cultura, a la ciencia y a la tecnología, ya que estos temas del conocimiento, base de la formación superior, son parte indisociable de un mismo objetivo de valoración de la vida.

En el curso de su trayectoria constructiva esta Universidad se ha convertido en una organización de referencia, este rasgo distintivo se ha vuelto todavía más consistente, considerando que no se hizo otra cosa que incentivar el ejercicio del conocimiento y de la democratización de la cultura. Promover la calidad y la mejora de la enseñanza. Imprimir una línea de acción que refleje la exacta medida de esta época, de sus impasses y fronteras de realización. Se partió de la constatación de que el mañana es resultado del esfuerzo cotidiano, se transformó ideas en práctica, conciencia en voluntad de cambio, congregando a todos estos factores en una misma plataforma de objetivos.

En éste contexto, se ha proyectado al exterior a fin de mantenerse actualizada y brindar una mejor formación profesional a sus estudiantes, en una dinámica permanente, extrayendo lecciones de lo que se hizo, estrechando sus lazos con el mundo actual de acelerados y crecientes cambios. Nuestra Señora de La Paz aspira a la educación de hombres y mujeres como seres auténticos; es una forma viva que reconoce y absorbe las transformaciones contemporáneas, pero en ningún momento deja de señalar que, más que ser una propiedad individual, la educación pertenece por su naturaleza a la sociedad, y forma parte tanto del crecimiento económico como de su desarrollo espiritual.

En su afán de plasmar la teoría en práctica y al mismo tiempo proyectarse al servicio de la comunidad, Nuestra Señora de La Paz ha construido e implementado el Hospital Universitario, que cuenta con una infraestructura que le permite atender las  diferentes especialidades de la medicina, de la odontología y demás servicios necesarios para atender a la población. Este Nosocomio realiza sus actividades considerando su vocación de obra social y educativa, con la expectativa de ser un Centro de Salud de referencia de “Tercer Nivel” de atención y con capacidad de resolución inmediata en las redes municipales Sur – Sur – Oeste. 

También debo mencionar que esta Casa Superior de Estudios, internacionalmente, está acreditada por la Red Latinoamericana de Cooperación Universitaria, es integrante del Grupo de Universidades Iberoamericanas de “La Rábida”, y después de un proceso de evaluación logró acreditar con validez por el MEXA – MERCOSUR la carrera de Medicina, mediante Resolución Nº 635/06 y Acta de la XXXII Reunión de Ministros de Educación de los países de este organismo de integración. Obtuvo el Certificado de “Universidad Plena” del Ministerio de Educación y Cultura, la certificación de la Facultad de Medicina de parte del Viceministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología; por último, el Decreto Supremo Nº 1073 ratifica la autorización de apertura y funcionamiento legal de Nuestra Señora de La Paz. Fue distinguida por la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia, por la Asociación Boliviana para el Avance de la Ciencia, por la Fundación “emegece”, por el Colegio de Politólogos y por el Comité Cívico Pro Departamento de La Paz, con la condecoración “Junta Tuitiva Grado de Gran Collar”, recibió el premio “Paul Harris”, el “Illimani de Oro”, el “Galardón Andino” y “The Bizz Awards – World Business Leader”, entre otros.

La madurez se adquiere a través de la experiencia, de los errores y de los aciertos, de la discusión académica y de la búsqueda permanente. La Universidad Nuestra Señora de La Paz está en un momento de madurez. La Revista que me permito presentar con motivo de los 20 años de vida institucional, refleja el asentamiento de procesos que llevan esos años de camino. Haber asegurado la calidad y la acreditación académica de los programas llega en el tiempo de la conciencia de organización. Esta Casa Superior de Estudios tiene una posición de privilegio para mejorar más aún, para buscar el camino del futuro sosegado consciente y constructivo para la colectividad. Actualmente, la academia es uno de los espacios desde donde se puede construir lo social, lo económico y lo cultural. En este sentido, en esta Comunidad Universitaria estamos convencidos de ello y por eso, partiendo de un sólido estado financiero, buscamos ser una institución de vanguardia en lo pedagógico, en lo tecnológico y en lo organizacional.

Cabalmente, al fundar la Universidad Nuestra Señora de La Paz hace veinte años, creamos la oportunidad para miles de bachilleres de formarse profesionalmente en su propio país, tuvimos el ferviente deseo de hacer la mejor Casa Superior de Estudios, para la más selecta pléyade de jóvenes, quisimos construir un espacio social donde confluyan  las ideas, los saberes y el intelecto, para que contribuyan a transformar el ser y el quehacer de la sociedad, porque anhelamos conformar una organización dedicada a la búsqueda de la verdad a través de la investigación, a la enseñanza, a la difusión de la cultura y a la interacción social. Acá, en esta ciudad de Nuestra Señora de La Paz, tuvimos una ilusión que para cristalizarla se necesitó de un estilo de vida y de una forma de actuar que respondió a determinadas exigencias que normaron el trabajo académico.

Los veinte años de vida institucional estuvieron caracterizados por las labores eficientes y eficaces de los estamentos docente, estudiantil y administrativo, pero especialmente por la confianza brindada por la colectividad nacional al desempeño educativo, que se ha visto reflejado permanentemente en la calidad de los graduados en las diferentes disciplinas, como un hecho contundente que con legítimo orgullo se puede demostrar; por tanto, en esta oportunidad deseo expresar mi mayor gratitud a todos los miembros de Nuestra Señora de La Paz y a la sociedad paceña en su conjunto.